viernes, 28 de diciembre de 2018

Tema 3: La enseñanza-aprendizaje y certificación de lenguas extranjeras por las instituciones internacionales


            
             El tema de esta sesión versa acerca de la enseñanza-aprendizaje y de la certificación de lenguas extranjeras por las instituciones internacionales. El primer apartado enumeraba las distintas partes implicadas en el proceso de enseñanza-aprendizaje. Son obvias las dos más importantes y absolutamente esenciales para que el proceso pueda tener lugar: personal docente y alumnado. Pero hay más figuras, como los autores de manuales y los responsables de diseño de cursos. Y aquí me gustaría detenerme en una materia en concreto y su situación en España: la religión.

               Anteriormente, la asignatura de religión era cursada por la práctica totalidad de las aulas, mientras que los pocos estudiantes que no acudían a dicha materia tenían en su lugar Ética. Pero desde los años noventa el porcentaje de alumnos y alumnas que asiste a las clases de religión ha ido decreciendo hasta estar los niveles de ambas asignaturas muy parejos. Este dato quiere decir que la religión está perdiendo fuerza como asignatura optativa. Aun así, nuestro gobierno, lejos de afrontar el problema y apartar a la religión un poco más hacia la puerta de salida del colegio, permite que este sector campe a sus anchas por el sistema educativo español. En Francia, por dar un ejemplo cercano, la laicidad en los centros está a la orden del día: no solamente hablamos de no interpretar canciones tortuosas ni de recitar oraciones, sino de que tanto los docentes como el alumnado o cualquier trabajador del centro no pueden llevar ningún tipo de símbolo, lo que ya deja demostrado el compromiso francés con la laicidad en sus aulas.

               En España lo profesores de religión no son interinos ni funcionarios, pero tienen plaza fija. Se rigen bajo la regulación de los Profesores de Religión, que tienen la exclusiva de una asignatura, ya que nadie más que ellos pueden ejercer la docencia de dicha materia. Y la pregunta inevitable sería cuánto cobraría. Pues bien, en España se pagan al año más de quinientos millones de euros de dinero público a profesores de religión, lo que me parece inaceptable. El hecho de gastar dinero para traer a personal externo solo sirve para que más de cinco mil interinos se queden sin plaza. Pero aún hay más: ¿Quién decide el contenido de los libros de texto? Pues la Comisión Episcopal de Enseñanza y Catequesis, que es el organismo encargado de elegir, organizar y coordinar los contenidos incluidos en los libros de la asignatura de religión. Este hecho sucede así desde el año 1976, cuando tuvo lugar el acuerdo entre el Estado y la Conferencia Episcopal. En la actualidad, el material impartido en las sesiones de dicha asignatura se puede extraer de ciertos libros de texto o de la elaboración personal del docente, siempre manteniendo como base temática las claves de la fe cristiana. De hecho, desde el año 2007 hay un currículo que recoge los contenidos generales de la materia.

               Y aun hay un último punto chirriante en las condiciones de la materia de Religión en este país: FEPER. ¿Qué es FEPER? Es la Federación Estatal de Profesores de Enseñanza Religiosa, cuya cúpula directiva aparece retratada en su página web en una instantánea a las puertas del edificio del Congreso de los Diputados, con bolsa de compra de El Corte Inglés incluida. Pienso que no hay nada gratuito ni siquiera en esta foto, pero no hay espacio para comentar todo lo que me gustaría, así que vamos a centrarnos: FEPER aseguran respetar todo tipo de creencias y se consideran una organización inclusiva. Incluso llegan a decir en su página web que “las no creencias también forman parte de nuestra filosofía formativa y tienen su espacio en este foro que pretende ser libre y plural”. Pretende es una palabra muy bien empleada, porque a pesar de que en el estado español desde 1992 se recogen miembros representativos de cuatro religiones -católica, evangélica, islamista y judía- y, por lo tanto, a estas cuatro religiones se les reconocen, teóricamente, poderes para formar y designar profesores y profesoras para impartir la asignatura, la única verdad tangible es que absolutamente todas las personas adscritas a FEPER son católico-cristianas.



Por desgracia, y ya concluyo, dudo que tengamos una educación libre de las ataduras religiosas -que son ataduras católico-cristianas en realidad- que han sido impuestas a nuestros sistemas educativos desde hace ya demasiados años. Creo que la Iglesia va a seguir teniendo poder de decisión, pues es un organismo muy poderoso en España, y aun por encima desde otros organismos que serían los que deberían cortar las alas a la Iglesia se fomenta la situación actual. Mientras haya circunstancias obsoletas, como el hecho de poder marcar la cruz de la Iglesia en la declaración de la renta, este país seguirá sufriendo el retraso social que conlleva el permitir que una secta legal dirija el panorama educativo de una materia que no debería ser de obligatoria presencia en el programa de los centros -no es obligatorio cursar la asignatura de Religión, mas sí es obligatorio que los centros la oferten-. Pienso que si el sueldo de los docentes de Religión es pagado por la Xunta -en el caso de Galicia-, debería ser la propia Xunta de Galicia la que decidiera y escogiera qué docentes imparten la asignatura y cuál va a ser el temario.







BIBLIOGRAFÍA:











3 comentarios:

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  3. Iso mesmo, a solución ideal para min sería unha materia -ou unha sección da materia de Historia- que abarcase a historia das relixións. Coido que tería moita máis repercusión e aceptación algo coma Historia das
    Relixións no mundo, España e Galicia que a actual materia, subxectiva e obsoleta nos seus contidos e métodos de ensinanza

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